Sigo con el mundo fallero. He hecho dos broches especiales para unas falleras mayores. Monos, no? Me han chivado que les encantan. Me encargaron dos, uno para la madre y otro para la hija, y para distinguirlos, a una le puse una flor en las manos, porque se va a la ofrenda. A la otra no le puse nada porque debe tener las manos libres para aplaudir en la mascletá.
Y aquí una fallera rubia. Quedan más monas si el pelo es morenito o castaño, pero qué le va a hacer la pobre chica si es rubia! Bueno, espero que le guste.
¡Amunt València!
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